Las quemaduras palpebrales son raras y suelen afectar a pacientes que han sufrido quemaduras importantes en extensas áreas del cuerpo. El tratamiento inicial de estos pacientes es proteger el globo ocular de exposiciones corneales, úlceras e infecciones con tratamientos tópicos de antibióticos, lubricantes y cámaras húmedas.
Antes se solían retrasar los injertos cutáneos hasta que se estabilizaban los cambios cicatriciales, pero en la actualidad el uso precoz de injertos cutáneos de espesor completo y diversos tipos de colgajos permiten reducir eficazmente la morbilidad ocular en pacientes seleccionados.